Además del sol, las playas de arena blanca y el mar azul turquesa, los parques del Grupo Xcaret son uno de los principales atractivos del Caribe mexicano. Por eso, el cierre de parques y el despido de personal no son cosa menor.
Lo que ocurre en Xcaret es un síntoma de un mal generalizado: la disminución de la afluencia turística, la actividad económica más importante del centro y norte de Quintana Roo, que también impacta al oriente de Yucatán.
¿Qué está pasando? En realidad, nadie ha salido a definir claramente la causa. Hay varias teorías sobre esta caída, que van desde las elecciones en Estados Unidos y la violencia doméstica, hasta la falta de promoción del Gobierno federal en los últimos seis años y los abusos de algunos prestadores de servicios.
Lo cierto es que hay una crisis, y no se puede tapar el sol con un dedo. Xcaret es una señal de alerta cegadora.