Por Jaguar Negro
Dicen que en política todo es cíclico. No es casual que en el gobierno de la 4T pululen caras conocidas del otrora poderoso Tricolor. Así como al comienzo causó un poco de escozor el ver estridentes priista convertidos en dúctiles morenos, la realidad muestra que con el paso de los años, la generación RBA Team ha ganado la cancha completa.
En eso el ex gobernador tiene el mérito, hay que reconocerlo, de haber legado y formado a toda una generación política, aunque vale decir que varios están aún en calidad de prófugos o exiliados.
No ha pasado desapercibido que, en los últimos días, un grupo de discípulos y amplios beneficiarios del la “oncena perdida” (gobiernos de Félix González Canto y Roberto Borge) han emprendido una campaña de reivindicación del gobernador preso.
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Aquí sí vale recordar que, mientras unos comían con mantequilla azul en la capital del estado, y otros viajaban con traje de invierno a Europa para todas las convenciones de turismo, otro grupo de empresarios y comunicadores y civiles era perseguido por varias vías por el gobierno: Juntas de conciliación, tribunal de justicia y ministerio público, además del extinto Bibiano Villa, desde la secretaría de Seguridad Pública.
Su vocera fue hasta premiada con una embajada, Isabel Arvide.
Eran tiempos en los que el alcalde de Cancún, hoy secretario de economía, Paul Carrillo de Cáceres, soltaba gases lacrimógenos y golpeaba sin conmiseración a maestros.
Eran épocas en las que se clonaban revistas y Pedro Canché esperaba la libertad. Eran épocas en la que se incineraban carros de regidores disidentes y se vendían terrenos del estado a precio de tela el metro cuadrado. Borge Angulo está preso por diversos desvíos y muchos de sus colaboradores estuvieron en la cárcel con procesos de los cuales, todos salieron avante después de rendir cuentas que nunca quedaron muy claras o no se conocen.
Como ni AMLO pudo liberar al exgobernador Mario Villanueva, que es preso domiciliario con sentencias por lavado de dinero, Borge Angulo está en una prisión porque, dicen sus allegados, no reconoce ninguna culpa o no discrimina los límites entre lo que está bien y está mal.
Lo que es un hecho es que, si intentara regresar, tiene a su disposición un nutrido discipulado que ha ascendido y proliferado subrepticiamente, en los diferentes gobiernos de la 4T.
Este grupo ¿acaso pretenderá ubicar a Borge como secretario de turismo a Juan Pablo Guillermo como alcalde? Porque el panorama general es alentador para que ello suceda y el ciclo político haga reset, borrón y cuenta nueva.
En estos difusos márgenes todavía no queda claro hacia dónde va la nueva 4T, si para adelante, para atrás, hacia un nuevo PRI, un viejo PRI o un PRIMOR.
Ha causado alarma a los morenistas fundadores los casos de Campeche con Jorge Luis Lavalle o en Yucatán, con el gobierno de Huacho Díaz, con decenas de ex priistas y panistas acaparando espacios por donde se mire.
El tiempo dirá qué será de Morena y de sus desplazados fundadores, que también hay que decirlo, tampoco tiene en su cantera perfiles altamente capacitados para la “cosa pública”. ¿Será ese el argumento que se impone en las negociaciones: más vale priista|panista malo conocido que morenista bueno por conocer?
