Se ve difícil que en lo inmediato la confrontación entre Adán Augusto López y Ricardo Monreal tenga efectos en Quintana Roo, pero podría ser el anticipo de que el proyecto del candidato único ya no esté tan garantizado para 2027.
De hecho, en Quintana Roo el morenismo mantiene una disciplina vertical con la gobernadora y no se ven liderazgos “independientes”. Incluso, esta estructura de arriba hacia abajo es la que está llevando como candidato único a Eugenio Segura, quien acude plácidamente, en tono de pre-precampaña, a todos los municipios, donde los alcaldes se le cuadran. Pero no es por el carisma del senador, sino porque se entiende que es el elegido.
Sin embargo, en Quintana Roo, donde aún predomina una clase política de Liga de Expansión, suele ocurrir que los cambios no se propician en el Caribe sino que llegan desde la capital del país. Es decir, que los pleitos en Ciudad de México terminarían marcando el rumbo de la sucesión.
Hasta ahora, todo parece bajo control en el Caribe, pero aún faltan muchos temblores, oscilatorios o trepidatorios con epicentro en el Altiplano.