En el antiguo PRI, para registrarse para ser candidato era necesario contar con el “respaldo” de dos o más sectores u organizaciones.
Pero, en realidad, no se buscaba una elección, sino una designación con un único participante. Así, los sectores se volcaban a favor de quien ya estaba “ungido”.
Algo similar ocurre en el PAN en la elección del presidente estatal del partido en Quintana Roo. Uno de los requisitos era reunir la firma de 13 de los 60 consejeros.
Y resulta que la actual presidenta estatal del PAN, Reyna Tamayo, logró reunir ¡50! firmas, dejando solo 10 disponibles para su única adversaria, Susana Martínez.
De esta forma, la exsenadora no cumplió el requisito de las 13 firmas, y Reyna Tamayo va para la reelección como candidata única. Ni en el viejo PRI, ni en el “nuevo” Morena.
Así, el PAN en Quintana Roo se encamina para continuar como un partido de adorno y una oposición cómoda para el “cuatroteísmo” caribeño.