Este fin de semana hubo “eventos” relevantes para los dos principales partidos de oposición en la entidad.
En Felipe Carrillo Puerto, culminó la autoimposición de Reyna Tamayo como dirigente estatal del PAN. De esta forma, el panismo quintanarroense dio un paso más hacia el despeñadero, convirtiéndose en un simple membrete al servicio del cuatroteísmo caribeño.
La también diputada fue reelecta sin competencia real, gracias a una penosa operación que impidió que quien parecía su principal rival, la exsenadora Susana Martínez, tuviera el respaldo suficiente de consejeros para participar en esta “elección” interna del PAN-QR.
Pese a que fue candidata única, hubo disidentes que votaron en contra. Aun así, la reelecta dirigente salió a presumir su “espectacular” respaldo, como si de verdad hubiera sido un logro.
Con la reelección de Reyna Tamayo, el PAN de Quintana Roo reafirma su simulación, su doble discurso y su papel de satélite destartalado del cuatroteísmo caribeño.
En otras palabras, el PAN-QR firma su sentencia de desaparición paulatina e inexorable.
Desde ahora, queda claro: será la comparsa oficial de la 4T rumbo a 2027.
Por cierto, en esta “pachanga” albiazul fue notable el espaldarazo de la senadora Mayuli Martínez a la reelecta dirigente. Quizá ya hasta se cocinó quien será la candidata a la gubernatura.