Hugo Martoccia
La frase que titula esta columna la pronunció Rafael Marín, palabras más palabras menos, ante gran parte de los referentes políticos del morenismo con los que se reunió en los últimos días. El llamado “líder moral” de Morena en el estado no anduvo con muchas vueltas y dijo las cosas de manera directa. Ahora, sólo resta que la Presidenta Claudia Sheinbaum defina su situación.
El periplo de reuniones que tuvo Rafa en los últimos días tampoco deja mucho a la imaginación. Se lo vio con muchos referentes del llamado morenismo puro o fundador, y se dio tiempo hasta para ver al diputado local Jorge Sanén, un operador de la gobernadora Mara Lezama que fue a buscar información. Hay quién dice, incluso, que las reuniones más importantes fueron las que no se dieron a conocer en ninguna red social.
Como ya se explicó, sus palabras, en privado, tampoco se fueron por las ramas. No sólo dijo que quiere ser gobernador en 2027, sino que dejó en claro que la principal de sus razones tiene que ver con algo que en su momento comentó públicamente: no le gusta el avance de los verdes en el estado ni la idea de que pudiera prepararse una “candidatura única” a favor del senador Eugenio Segura sin que el morenismo ni siquiera pueda opinar.
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Rafa fue enfático en un punto, y le dijo a cada uno de los que vio (al menos a los que son de su círculo cercano) que no hará nada hasta no tener una autorización expresa de la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien espera ver en los próximos días o tener al menos una reunión con sus referentes.
Rafael Marín no sólo es un fundador de Morena , sino que es amigo de AMLO y lopezobradorista desde antes que existiera el lopezobradorismo; nunca hará nada que ponga en riesgo el proyecto político que ayudó a fundar. Por ese motivo, también enfatizó que si no recibe el visto bueno de la Presidenta, simplemente dará un paso al costado y se los dirá a todos, también de manera clara e inmediata.
Paralelamente, pidió compromiso a quienes aseguran que están en su proyecto. Rafa sabe que una parte del morenismo local ha claudicado ante pequeños cargos o suelditos emanados desde la estructura estatal. En ese sentido, dijo que ya no es tiempo de jugar a las escondidas; el que quiera trascender debe tomar una posición activa y no estar esperando una llamada de Mara para rendirse.
Con respecto a su regreso definitivo al estado, podría ser para mediados de este año, siempre de acuerdo a lo que diga la Presidenta. Hubo una versión de que podría llegar a Quintana Roo como súper delegado del gobierno federal, o incluso como delegado nacional del CEN de MORENA, pero él no confirmó ninguna de las dos opciones, y tampoco pareció darle demasiada trascendencia a ese tema.
ENTORNO
Una de las preguntas que más circularon en el lopezbradorismo local en estos días es si Rafa hizo todo este movimiento sólo. El tabasqueño tiene los suficientes años en la política para saber que sus reuniones iban a generar un tembladeral al interior de la 4T local. Y así fue.
Sin que nadie lo confirme, todos los morenos ven detrás de esta jugada la mano de Andy López Beltrán. Esta columna ha dicho desde septiembre pasado que el Secretario de Organización del CEN de MORENA es uno de los que ve en la estructura de la 4T estatal más verdes de los que le gustaría ver. Y lo ha dicho públicamente ante varios actores políticos locales. (ver nota abajo)
Este sábado, hubo una crítica dura y frontal contra Mara en “El Chapucero”, un canal de youtube de un periodista muy ligado a la dirigencia nacional del partido. Allí acusaron a Mara de querer imponer a Gino Segura y resaltaron la posibilidad de que el regreso de Rafa potencie al morenismo fundador.
No hay casualidades en política. Una crítica de ese nivel desde dentro del propio Régimen debe tener el visto bueno de algún peso pesado. Un dato relevante es que un sector muy amplio del morenismo local festejó esa estocada contra Mara como un triunfo propio. Cualquier buen observador entiende que hay un enojo en la base morenista, que sabe que ya no tiene nada que perder si se opone a la gobernadora. Ese grupo ha decidido jugar fuerte y, para ellos, la reaparición de Rafa Marín es nada más y nada menos que el regreso del líder.
Una digresión: ¿El entorno de la gobernadora ya tomó nota de eso? Quienes están más o menos cerca dicen que no, que la mayoría de ese (muy) pequeño grupo aún festeja el 2 de junio como el triunfo definitivo del marismo y convierte las malas noticas en conspiraciones; siempre es más fácil enfrentar enemigos imaginarios que realidades.
Volvamos al tema central ¿de qué se trata todo esto, entonces? Hay una corriente de la dirigencia nacional que está dispuesta a equilibrar algunas cosas en el estado. El análisis de fondo es simple: todos los votos son de MORENA, entonces ¿por qué darle al Verde nada más y nada menos que un estado como Quintana Roo sólo por sus servicios prestados en la Legislatura?. Andy encabeza esa rebelión conceptual y política.
Esta columna va un poco más allá con ese razonamiento. En realidad, todos los votos de la 4T son de AMLO. Si el ex presidente mañana les quitara su apoyo, desde Claudia Sheinbaum para abajo, todos se quedarían sin trabajo. Así de simple y categórico.
Sería bueno que el morenismo recuerde eso a la hora de hacer algunas cuentas alegres, y que el Verde entendiera que su destino puede haberse sellado tiempo atrás en una mesa de negociación, pero ahora todo ha cambiado.
Se repite: el 2 de junio, en todo el país, ganó Andrés Manuel López Obrador. El que no lo entienda, está mirando otra película.
CLAUDIA
Parece, entonces, que el destino político de Rafa Marín está en las manos de la Presidenta, lo que quiere decir, también, del ex Presidente. ¿Qué hará Claudia Sheinbaum? Nadie en el estado lo sabe, pero tampoco parece un tema que pueda quitarle el sueño a Claudia.
La Presidenta confía en Rafa Marín; lo conoce hace años y sabe quién es y lo que significa para el movimiento. ¿Por qué no lo dejaría moverse como candidato? No pierde nada. El manual del poder que AMLO le transfirió incluye el atributo de elegir a los gobernadores. Hay que recordar que ni siquiera Claudia pudo poner a su sucesor en la CDMX; a Clara Brugada la puso el entonces Presidente.
Es lógico suponer, entonces, que Claudia querrá hacer lo mismo: poner ella a los gobernadores que la acompañarán en su sexenio. El escenario que se desprende de ese razonamiento es una suerte de lucha con dos frentes. Por un lado, Mara intentará consolidar a Gino Segura como el “candidato único”. Por el otro, la Presidenta podría dejar correr a Rafa para equilibrar las cosas entre MORENA y el Verde.
Hay quien dice que en ese caso Rafa podría actuar como una moneda de cambio al final. Por ejemplo: se impone el proyecto “Gino Gobernador”, pero Cancún, Playa del Carmen, Tulum, Cozumel e Isla Mujeres quedan para MORENA. No sería un mal acuerdo.
Por supuesto, todo esto no es más que una especulación. Quizá el acuerdo con el Verde está sellado y Claudia decide apoyarlo con todo y mantenerse lejos de Quintana Roo, como ha hecho desde que asumió el poder.
En ese caso, el problema de Mara será interno. Deberá convencer a todo el morenismo que Gino es el futuro. Y el propio senador deberá hacer su parte. Aquí ya se dijo, sin ánimo de ofender, que quizá la gigantesca y multimillonaria campaña mediática que arropa al senador debería contener un poco más que perros, árboles y casas de la transformación. Pero no es más que una opinión; quizá las cosas marchan a la perfección y no hay nada que cambiar.
Lo que no es una opinión si no un dato duro, y que alguien debería anotar, es que ningún alcalde ni alcaldesa está militando el proyecto “Gino Gobernador” más allá de los eventos que les obligan a hacer. O sea, una vez que Gino se va, la militancia a su favor se termina.
Si no se toma en cuenta eso, podría suceder una sorpresa como lo que sucedió en lugares como Othon P. Blanco, Tulum o Cozumel, donde la 4T apenas pudo ganar la elección el 2 de junio cuando creía que tenía más de 30 puntos de ventaja.
Pero veamos la otra cara de la moneda. Quizá, porque no, todo es mucho más simple y directo. El marismo va a poner candidato, va a ganar las elecciones por escándalo, y la reaparición de Rafa Marín no es más que un espejismo. ¿Por qué no podría suceder eso?.
La verdad, no hay muchas razones para pensar que esto último no sea real. Hasta hoy, la máxima de la 4T que dice que MORENA va a ganar las elecciones haga lo que haga no ha cambiado. Así se trabaja, así se opera y así se decide, desde Palacio Nacional para abajo.
La gente ya no cuenta; cuentan las estructuras electorales y MORENA las tiene a todas.
Si es así, todo el movimiento político de las últimas horas en el estado se apagará en breve, y el morenismo simplemente comenzará a acomodarse alrededor de quien le indiquen. No sería la primera vez que una supuesta “rebelión” se apague con pequeños acuerdos individuales.