La ruptura de Lili Campos con el PAN se suma a una larga lista de renuncias, salidas y quiebres en la formación azul, debilitando aún más a este partido en Quintana Roo rumbo a 2027.
Este jueves se confirmó que la exalcaldesa de Solidaridad ya forma parte del staff de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados. Así, quien fuera el principal activo de la oposición ahora orbita en la galaxia de la 4T.
Con Lili Campos, la lista de fracturas en el PAN-QR se alarga todavía más, convirtiendo al partido no solo en un “club de amigos” sino en una fuerza política desdibujada, cada vez más cercana al gobierno estatal y al cuatroteísmo caribeño.
De hecho, ya van dos exalcaldesas que abandonan el barco albiazul. Atenea Gómez Ricalde, reelegida como alcaldesa de Isla Mujeres y la candidata más votada en junio pasado, dejó la disciplina panista para convertirse en la joya más brillante de Morena rumbo a 2024.
Con el salto de Atenea, el PAN también perdió a otra de sus principales figuras: Alicia Ricalde Magaña, exalcaldesa, exdiputada local y federal. Y junto a “Licha”, se fueron Faustino Uicab, expresidente estatal, y Hugo Sánchez, otro exalcalde.
Por cierto, mientras la dirigencia estatal del PAN implementaba una purga al mejor estilo estalinista, “Licha” se les adelantó y renunció antes de ser expulsada.
Pero las deserciones venían en cascada desde antes. Semanas antes del proceso electoral, figuras como Frank López, Eloy Peniche y Reyna Durán desertaron hacia Movimiento Ciudadano.
A esto se suman los militantes excluidos por la actual dirigencia, como el exrector de la UTC, Julián Aguilar; la exsenadora Susana Martínez; el exdirigente estatal, Eduardo Martínez y la exdiputada federal Mercedes Hernández.
Con Reyna Tamayo, reelegida hace unas semanas como dirigente estatal, el PAN-QR parece encaminarse a convertirse en un partido de incondicionales, cada vez más alejado de los ciudadanos.
El futuro del PAN en Quintana Roo luce cada vez más oscuro.