Con Sergio Avilés Demeneghi al mando, el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) encontró su vocación: convertirse en una extensión desvergonzada del cuatroteísmo caribeño.
Como presidente del Teqroo, Sergio agotó todas las formas posibles de deteriorar la credibilidad de este órgano. Es casi un talento especial. Pero, al parecer, su creatividad no tiene límites. Este lunes, por ejemplo, decidió lucirse en una audiencia pública del Gobierno del Estado en Chetumal, como si fuera un funcionario más del gabinete.
Por si fuera poco, se tomó la foto con la alcaldesa de Chetumal, Yensunni Martínez, quien “ganó” en tribunales la reelección.
De un plumazo, Avilés Demeneghi disolvió en la forma y en el fondo la autonomía del Teqroo. Porque, ¿Quién necesita independencia cuando puedes ser la estrella invitada del show oficialista?
Según “los enterados”, nuestro el magistrado Sergio está desesperado por asegurar chamba para cuando termine su glorioso periodo en el Tribunal. La lógica es sencilla: entre más se alinee al gobierno actual, mayores son sus posibilidades de aterrizar en un nuevo puesto cómodo y bien remunerado.
En tanto, sigue acumulando más méritos.
¿Llegará al menos al Tribunal Superior de Justicia?