Si bien las traiciones son inherentes a la política, en el PAN de Solidaridad de plano se pasaron.
Panistas locales, encabezados por Dana Ramírez y Juan Novelo, con el respaldo de la presidenta estatal Reyna Tamayo, pretenden apoderarse de la regiduría que corresponde a la exalcaldesa Lili Campos, en este caso, a través de su suplente Kira Iris.
En sincronía con el cuatroteísmo, el Teqroo sentenció que la regiduría plurinominal destinada a Lili Campos —quien decidió no presentarse a la sesión de instalación del nuevo Ayuntamiento— no le corresponde a Kira, sino a Dana Ramírez.
Kira fue candidata suplente a alcaldesa, mientras que Dana figuraba como quinta regidora. Para el Teqroo, el lugar le corresponde a quien sigue en la lista, no a quien figuraba como reemplazo directo.
El detalle aquí es que Lili Campos fue quien impulsó a Dana Ramírez, a quien hizo dirigente municipal del PAN, además de abrirle siempre un espacio en el Ayuntamiento a Juan Novelo. Por si fuera poco, también respaldó la gestión de Tamayo para que se convirtiera en dirigente estatal del partido.
Sin embargo, la realidad es que Lili, como alcaldesa y candidata, fortaleció al PAN, mientras que Reyna cosechó lo que no sembró.
En las pasadas elecciones locales, Solidaridad, con Lili Campos como candidata a la presidencia municipal, aportó el 40% de los votos panistas de todo el estado, a pesar de que el municipio representa solo el 18% del listado nominal de Quintana Roo. Gracias a esa votación, el PAN consiguió dos diputaciones de representación proporcional: una para Reyna Tamayo y otra para el chetumaleño Ángel Álvarez Cervera.
Ahora, la dirigente estatal panista, en complicidad con Ramírez y Novelo, está desterrando a Lili y a lo que queda de su grupo político de cualquier posición de poder.
Por si fuera poco, Reyna busca reelegirse como dirigente estatal del PAN, mientras Lili parece condenada al exilio político.