Alejandro Peza
CHETUMAL.- El presidente de la Unión de Propietarios de Restaurantes, Bares y Similares del sur de Quintana Roo, Joaquín Noh Mayo, denunció la venta de cervezas, vinos y licores a través de las redes sociales, pues representan un golpe a los negocios previamente establecidos, y nadie hace nada por evitarlo.
Explico que la venta clandestina por redes sociales de bebidas alcohólicas genera grandes pérdidas a los comercios establecidos, pues estos laboran las 24 horas y no pagan un solo peso de impuestos.
“Tener un negocio formal no te da ventajas, si bien es cierto clientes consumen y se tiene supervisión de todo, en el informal no la hay, pero fuera de todo esto, el ser formal es más vigilado, más pagos y una persona irregular no pasa por eso”, detalló.
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Joaquín Noh Mayo estimó que este tipo de acciones desmotivan a los que formalmente siguen luchando por mantener sus negocios, así como a los empresarios que buscan establecerse en la Zona Sur del Estado.
“Pero el asunto es que aún hay quienes se sostienen con alfileres y piensan en cerrar sus negocios por estas competencias desleales”, dijo.
Joaquín Noh Mayo, comentó que además ahora la normatividad para la venta de bebidas alcohólicas fue endurecida desde el Poder Legislativo local, a través de reformas a la ley en la materia, con el principal objetivo de regular aún más la venta en línea, a domicilio y fuera de los horarios establecidos.
Ahora se obliga a los comerciantes a adquirir una licencia adicional, para poder comercializar este tipo de productos a través de internet, lo que genera una afectación económica a los comerciantes del ramo y deja en riesgo de más cierres de negocios.
Joaquín Noh Mayo insistió en señalar que esta medida lejos de regular y combatir el clandestinaje, ocasionará que los empresarios dejen la formalidad y se sumen a la venta a través de redes sociales, en donde muchos particulares expenden cervezas y licores, sin que hasta el momento se sepa de alguna sanción aplicada.
Como dato, destacó que, de 480 agremiados que había hasta hace unos años, ahora sólo mantienen a 180 y una patente tiene un valor de 300 o 400 mil pesos para restaurantes, además de que tienen que pagar otros impuestos.