Por Martín G. Iglesias
Somos pocos los periodistas que quedamos de la llamada popularmente “vieja guardia”, los que sentimos la tinta fresca, los linotipos o los mimeógrafos para poder sacar un medio de comunicación y a veces, solo en blanco y negro.
Desde el 2000, la evolución de los medios de comunicación impresos ha sido constante, a pasos agigantados, donde las redes sociales con sus streaming, su canal de YouTube y hasta su TikTok, sustituyeron a la tinta y el papel, con la connotación de dar las noticias al instante.
Los costos, de manera lógica, fueron abaratados, no solo porque la Inteligencia Artificial vino a sustituir a los editores, diseñadores, impresores, las rotativas y al personal de ventas, pues es una maravilla subir noticias, conseguir seguidores y monetizar de acuerdo a los impactos que tengan en los cibernautas.
Algo que no cambia, son los patrones de consumo, porque así como el morbo era el rey del papel y el ‘gancho’ para la compra de un impreso, hoy los comunicadores dedicados a esta fuente de nota roja, espectáculo y hechos donde la pornografía tiene sus bases, son los que más seguidores o ‘vius’ tiene. Esto debido a que el teléfono celular y las laptops son personalísimas y, a diferencia del periódico impreso, no van de mano en mano.
Los periodistas dejaron su esencia de un lado, para convertirse en comunicadores, lo que todos hacen en las redes sociales; es más, los propios políticos son su misma fuente, ya no necesitan al medio, ahora ellos mismos dan las noticias.
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El rigor periodístico en la mayoría de los medios digitales quedó a un lado, para darle paso a la improvisación, al rumor, al chisme, a hechos no del todo ciertos; varios dejaron atrás su posición crítica, para entrar en una etapa cómoda donde el recurso gubernamental fluye, porque ya no se trata de ponerse del lado de la sociedad, que ya no paga porque no compra espacios publicitarios, menos medios de comunicación, sino estar del lado de quien maneje los recursos, “quien paga, manda”.
¿Qué sigue? Evolucionar con la técnica, no perder el espíritu crítico y, buscar otras opciones de allegarse de recursos, como un negocio propio. Otros, prefieren estar en la nómina de un gobierno, con la finalidad de seguir subsistiendo y llevar alimento a su familia; unos más, ya no desean ser parte de este gremio y terminan sus días amargados y alejados de la pasión periodística; hay necesidad, sí, pero no para estar subyugado al poder, que con nuestro silencio, somos partes de lo que en un tiempo denunciamos. Ahí se las dejo…
SASCAB
Agradezco a este medio de comunicación y a sus lectores la oportunidad que me dieron durante este 2024 de compartir mis opiniones. Hemos tenido un año con características propias como el cambio de gobierno Federal, de la Cámara de Diputados, de Senadores; de manera local, llegaron ‘nuevos’ gobiernos municipales y una nueva legislatura.
La inflación está arriba del 25 por ciento de acuerdo al bolsillo del ciudadano, porque con lo que gana alcanza para menos, independientemente de los esfuerzos que hace el gobierno para mantener los precios.
Me queda desearles una feliz Navidad y un próspero año 2025. Por las fiestas decembrinas, me ausentaré unos días, nos leemos en los primeros días de enero con el favor del Gran Arquitecto del Universo. Al tiempo…