Por Jorge A. Martínez Lugo
El sindicalismo gubernamental y paraestatal en Quintana Roo es de “mano alzada”. En el Sutage y Sutahce, por ejemplo, han prevalecido condiciones de sindicalismo blanco, por decir lo menos; una dirigencia élite que negocia con el gobierno y el resultado es: Ocho años sin aumento salarial y reducción de prestaciones a trabajadores de base en el Congreso del Estado.
Mercedes Rodríguez Ocejo busca una asegunda relección para el periodo 2024-2027 y utiliza métodos del viejo régimen, apoyada en este caso por el Partido Verde y el diputado Jorge Sanén Cervantes, como antes lo había hecho por el PAN. Hay dirigentes que buscan participar, cuando menos cuatro planillas, pero Mercedes no les deja. rezago
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Ya convocó a una asamblea para rendir informe y, como tema secundario, una votación “a mano alzada” bajo el pseudónimo de “continuidad” para evitar nombrar la palabra “reelección”, porque los estatutos lo prohíben. Esta Asamblea se realizará el jueves 31 de octubre a las 10am en el local del Sutage.
El sindicato del Congreso del Estado en colusión con la “supremacía legislativa” verde-morena, insisten en imponer la segunda reelección, en contra de la política nacional 4T.
CUOTAS SINDICALES SIN TRANSPARENCIA
Son unos 350 trabajadores de base que pagan en promedio 70 pesos quincenales de cuota sindical descontada de la nómina y enviada a la cuenta sindical que los maneja sin transparencia. Sólo por este ingreso Mercedes recibe en la cuenta sindical unos 25 mil pesos quincenales, mismos que se administran con opacidad.
En el sindicalismo burocrático se resisten y permanecen en la era anterior a la Reforma Laboral de 2019. Los políticos de la 4T quintanarroense prefieren seguir los métodos del viejo régimen, “para qué complicarse la vida”, como si no hubiera sucedido una Reforma Laboral impulsada como uno de los logros fundamentales del obradorismo, movimiento que dicen representar.
Esta dirigencia, si tiene que cambiar de camiseta, pues cambia de azul a verde, pero la cosa es continuar usufructuando cuotas sindicales, emolumentos de la patronal, dádivas, viáticos, todo ello a cambio de no mover un dedo a favor de sus representados sindicales.
Resultado: Ocho años sin incremento salarial, reducción de prestaciones, como el Bono de Fin de Legislatura, que pasó de tres mil pesos a mil 500 pesos en vales.
HASTA LAS MAFIAS GRANDES CAEN
“El sindicalismo es una mafia, pero hasta las mafias más grandes caen” aseguró Susana Ochoa, dirigente sindical que pide voto libre y secreto, apertura del proceso, transparencia y piso parejo. Desde la reelección anterior no estuvimos de acuerdo y presentamos denuncia ante el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, pero no nos hicieron caso, simplemente no respondieron en claro apoyo a la reelección de 2021 que de por sí ya era ilegal, afirma.
Por eso estoy participando, explica Susana Ochoa, “quiero contribuir a cambiar el sindicalismo; sacarlo del rezago y de la corrupción de dirigentes coludidos con diputados; sacar al sindicato del retraso legal y democrático”, sostiene.
Además de Susana Ochoa, también buscan participar con sus respectivas planillas, Javier Vargas Acosta, Miguel Gómez Marín y Valerio Iván González, pero Mercedes no se da por enterada y quiere su reelección “a mano alzada” porque según ella, nadie tiene interés en ocupar su cargo.
En la casa de la democracia y la pluralidad de Quintana Roo, el Congreso del Estado, hay inconformidad por la imposición burda mediante “mano verde alzada” y exigen elecciones con voto libre, directo y secreto en urnas electorales, como lo marca la reforma laboral federal y local. Usted tiene la última palabra.