Desde 2022 (o quizá un poco antes), el PVEM dejó de ser un partido “chico” en Quintana Roo, lo cual implica nuevas dificultades, sobre todo para la convivencia de sus liderazgos.
En los comicios generales locales de 2002, el Verde se convirtió en la segunda fuerza del estado, con el 22 por ciento de la votación y a sólo ocho puntos de la primera fuerza, que es Morena, que se llevó el 30%.
Y con este meteórico crecimiento, ocurrió lo que en todos lados, y en el Verde se empezaron a formar grupos, que en este caso son básicamente dos.
Los Verdes tienen ocho diputados en el Congreso del estado, mientras que Morena, 10. Y la tercera fuerza parlamentaria es el PT, pero muy lejos, con dos diputados.
Y con el segundo y último año de la XVII legislatura habrá cambios en la Jugocopo en la Mesa Directiva, que prácticamente serán enroques entre Verde y Morena.
De esta forma, Morena presidirá la Jugocopo, con Humberto Aldana, que sustituirá a Renán Sánchez Tajonar, quien además de ser coordinador de la bancada Verde es el dirigente estatal del Partido (y aspirante a alcalde de Cozumel).
Y la presidencia de la Mesa Directiva la ocupará el Verde, en sustitución de Mildred Ávila de Morena.
Con estos cambios, se abren algunas interrogantes en el Verde, como la de si Sánchez Tajonar seguirá como coordinador del Verde o preferiría sólo seguir de presidente estatal del Partido y/o aplicarse de fondo en su trabajo como diputado local de mayoría en Cozumel; o se buscaría un nuevo jefe de bancada; o quién será el presidente de la Mesa Directiva.
En números, el Verde tiene ocho diputados y dos “grupos” y lo lógico es que se tienen que poner acuerdo a partir de criterios más horizontales y transversales.
Pero, también el Verde tiene un jefe, un sólo jefe.