Diría Lucerito: ¿… Y?
Quitado de la pena, el presidente Andrés Manuel López Obrador refirió a Cancún, como uno de los sitios críticos del COVID-19.
Para más de uno, la razón por la que esta ciudad sea de los sitios críticos de la pandemia es que hubo demasiada tibieza para controlar el aeropuerto de Cancún, a donde llegan turistas no solo a destino vacacional, sino para toda la Riviera Maya, incluido Playa del Carmen y Tulum, y hasta se podría decir al oriente de Yucatán.
Cuando ya estaba las luces amarillas, seguían llegando turistas de Europa, incluidos de Italia y España, que fueron el epicentro de la pandemia en el viejo continente.
Pero, además, hasta hace un par semanas, había vuelos de Estados Unidos, incluido Nueva York, que es hoy por hoy el epicentro mundial de la pandemia.
Los turistas dejaron de llegar, casi de manera voluntaria. El aeropuerto bajo su número de operaciones porque simplemente dejaron de llegar turistas ante la alerta mundial.
Al Gobierno federal le correspondía atender lo que ocurrió en el aeropuerto, pero “dejó hacer y dejó pasar”. Ahí están las consecuencias.
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