Redacción
PARÍS.- Restaurada totalmente tras el dramático incendio de abril de 2019, la catedral de Notre Dame de París vuelve a abrir este sábado sus puertas al mundo, con la presencia de unos 40 dirigentes mundiales.
El histórico evento fue también una oportunidad para la diplomacia, con una reunión previa en el Elíseo del presidente francés, Emmanuel Macron, el presidente electo estadunidense Donald Trump y el mandatario ucranio, Volodymir Zelensky, cuyo país enfrenta desde hace casi tres años una invasión rusa.
Cinco años de una espectacular reconstrucción a cargo de centenares de artesanos culminan con la solemne apertura de las puertas de roble macizo del templo, de más de 860 años.
El príncipe Guillermo, el príncipe Alberto de Mónaco, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier, la primera dama estadunidense, Jill Biden, y el multimillonario y propietario de la red social X, Elon Musk, son algunos de los invitados.
Macron puso todo su empeño personal en esta ambiciosa reconstrucción de la catedral gótica más famosa del mundo, pero ese éxito se ve finalmente opacado por la grave crisis política que vive Francia.
El papa Francisco estará ausente, aunque se leerá un mensaje suyo en la apertura de las ceremonias.
El sumo pontífice considera que “hay lugares donde es más necesario que vaya a aportar consuelo”, explicó el arzobispo de París a AFP.
El papa tiene previsto asistir a un congreso religioso en Córcega en diez días.
Donaciones del mundo entero
La renovación ha sido sufragada con las masivas donaciones provenientes del mundo entero, en particular de Estados Unidos.
“Es magnífico y también muy personal para mí. Y me parece fantástico que [Trump] esté aquí, y todos esos dignatarios”, declaró a AFP Joe, de 65 años, un visitante proveniente de Filadelfia.
“Siempre pasan cosas en París. Pero en diez años podremos decir que aquí estábamos”, comentó Camille, una estudiante francesa de 21 años.
Las condiciones meteorológicas obligaron a suspender los actos iniciales en la plaza ante la fachada de la catedral, y los cerca de mil 500 invitados asistirán a las celebraciones dentro del templo.
Un espectáculo musical con estrellas francesas e internacionales fue grabado finalmente el viernes, y será retransmitido tras la ceremonia.
Otro jalón en una agitada historia
La catedral sufrió un devastador incendio el 15 de abril de 2019. Las imágenes del desastre dieron la vuelta al mundo.
Esta reinauguración supone otro jalón en su agitada historia, con un tejado totalmente reconstruido, una nave y un crucero limpios, un mobiliario nuevo y moderno y una iluminación modulable gracias a lámparas led.
El órgano, fabricado hace tres siglos, fue desmontado, limpiado y vuelto a instalar.
Si bien la nave de 60 metros de longitud se muestra ante los fieles de un blanco inmaculado, las capillas adyacentes lucen colores espectaculares, gracias al meticuloso trabajo de centenares de artesanos.
Entre ellas, la capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe, una rareza entre los templos europeos, que será objeto de una celebración especial el 12 de diciembre.
Las celebraciones durarán en realidad “seis meses”, aseguró el arzobispo de París, Laurent Ulrich, a AFP. Notre Dame prevé misas de agradecimiento para los donantes y el personal que reconstruyó el templo, entre otros.
Tras las obras, Notre Dame es “una catedral como nunca la hemos visto antes”, aseguró Philippe Jost, responsable del proyecto de restauración.
Tres golpes de báculo
La ceremonia arranca a las 19H00 (18H00 GMT) con la apertura de las puertas por parte del arzobispo.
Monseñor Ulrich golpeará tres veces las puertas con su báculo y desde el interior, el coro de Notre Dame responderá a los llamados.
Macron se dirigirá luego a la audiencia.
Las medidas de seguridad son importantes, y todos los accesos y puentes en torno a l’Île de la Cité, donde nació París y donde se halla la catedral, están acordonados.
Dentro, los invitados descubrirán todo el mobiliario diseñado expresamente para esta nueva etapa del monumento, como las sillas, o el moderno baptisterio en la entrada de la nave, diseñado por el artista Guillaume Bardet.
Al fondo, detrás del altar, otra audaz innovación: el relicario donde se guarda la Corona de Espinas, un gran disco de cristales dorados con un centro de azul cobalto.
El despertar del órgano
Monseñor Ulrich procederá entonces al “despertar” del órgano. Lo invocará ocho veces y cuatro organistas a los teclados improvisarán sucesivamente una respuesta musical.
Los asistentes podrán escuchar un mensaje especial del papa Francisco, y el coro entonará un “Magnificat” y un “tedeum”.
En el programa musical, el director venezolano Gustavo Dudamel encabeza la Orquesta Filarmónica de Radio France, acompañado por el pianista chino Lang Lang, así como de la soprano sudafricana Pretty Yende y el tenor francosuizo Benjamin Bernheim.
Tras abandonar el templo, los invitados serán recibidos para un banquete de honor en el Palacio del Elíseo.
El domingo habrá dos misas, a las 10H30 (09H30 GMT) de nuevo en presencia de los dignatarios civiles y religiosos, para consagrar el altar; y a las 18H30 el primer oficio para el público.
Con información de La Jornada