Redacción
CHETUMAL.- La primera visita oficial de la Presidenta Claudia Sheinbaum a Quintana Roo, dejó en claro que otro estilo se ha instalado en Palacio Nacional, y que no va a ser nada fácil replicar aquellos años extraordinarios de la relación de Mara Lezama con Andrés Manuel López Obrador.
Lejos quedaron aquellos ampulosos gestos de AMLO hacia Mara Lezama cada vez que visitaba el estado, o las constantes palabras de elogio del presidente hacia la gobernadora.
El evento realizado entre Mara y Claudia este domingo en Chetumal dejó en claro que las cosas ahora serán distintas. El estilo de la presidenta es diferente al de AMLO. Economiza gestos y abrazos casi hasta la indiferencia, y tampoco la movilizan los elogios hacia su persona.
Para todos los presentes en el acto el domingo fue evidente cómo Mara, en su discurso, fue ampliamente elogiosa con la presidenta, pero ninguno de los elogios generó algún gesto de agradecimiento o al menos una señal de “recibido” por parte de Claudia.
Y luego, en su discurso, la presidenta tampoco devolvió gentilezas. Apenas si mencionó a Mara junto a Layda Sansores, la gobernadora de Campeche, e hizo referencia a ellas como mujeres con carácter y poco más.
Como ya se dijo, muy lejos de aquellos elogios que le brindaba AMLO.
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Según varias fuentes que participaron del evento, esa misma tónica se mantuvo en privado. La Presidenta es una mujer de trato cordial pero distante. E incluso de palabras fuertes. A los gobernadores ya les dijo que deben participar de las reuniones de seguridad diariamente, y a los legisladores volvió a decirles que bajen a territorio.
Aclaran, sin embargo, que no se tata de que Sheinbaum marque distancia con Mara específicamente, sino que su propia forma de relacionarse con la gente es más lejana, más fría, que la de AMLO, a quien le gustaba demostrar cercanía y afecto con aquellos a los que apreciaba. Y todos los gobernadores (o una gran mayoría de ellos) lo están sufriendo.
Esa conducta de Claudia Sheinbaum se ha notado sobre todo desde que es Presidenta, porque en la campaña electoral, lógicamente, tenía otro trato con todos.
Otro dato relevante es el tiempo. AMLO visitaba cada 15 días el Estado, y eso le dio a Mara un acceso a la máxima esfera del poder casi inédito para un gobernador. Y sumado a ello, gran parte de los principales proyectos de infraestructura del Presidente estaban en el estado.
Claudia apenas visitó el estado después de dos meses y medio en el poder, y sus proyectos insignia están el EDOMEX, y el centro y norte del país.
Hasta ahora, dentro de su paquete de obras a Quintana Roo sólo le tocaría la construcción del Tren Maya de carga, que es un agregado al Tren con muy poco impacto directo en la derrama económica inmediata (sí lo tendría a mediano y largo plazo sobre la economía del estado) y una casi inexplicable carretera para las cadenas hoteleras (sobre todo españolas) hacia Costa Mujeres, sin ningún tipo de impacto social.
En el entorno de Mara, sin embargo, dicen que a nivel institucional la relación entre la gobernadora y la presidenta es óptima, que hay vínculos constantes, y que, fundamentalmente, Claudia Sheinbaum ha sido receptiva a los proyectos que se le han presentado para el Estado, y hay muchas expectativas de que se lleven a cabo.
Lo cierto es que esta primera visita de Claudia Sheinbaum confirmó que otro estilo político y de relaciones humanas, incluso, se ha instalado en el poder, con todo lo que eso significa, y que en el futuro Mara deberá calibrar con más precisión la proporción de elogios, ideología y peso institucional de sus mensajes hacia la presidenta.
Con información de La Opinión de Quintana Roo