Por Pedro Canché
* SEDENA y el ejido deben darse la mano, estrecharlo fuerte como mexicanos y donar el predio al pueblo, al Ayuntamiento, construir un palacio municipal con todos los servicios y seguridad para los documentos históricos y un parque explanada gigante, que Claudia Sheinbaum, Mara Lezama y Mary Hernández gestionarán los recursos. Así, traigo a los Tigres del Norte para festejar e inaugurar el parque en esas 4 hectáreas…*
Ni el general Bravo se atrevió a tanto.
Luego de 123 años de concluida la guerra social maya en esta ciudad de Chan Santa Cruz, hoy Felipe Carrillo Puerto, madre y padre de Quintana Roo, inicia otro enfrentamiento con la bota militar mexicana ahora que quieren recuperar su base militar y hacer 200 departamentos en módulos habitacionales en pleno corazón de la sagrada ciudad maya.
Es un terreno de 4 hectáreas usadas para fiestas locales. En un pueblo donde el parque y palacio municipal están pequeñitos para esta ciudad fundada en 1851, repito, padre y madre de Quintana Roo, la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Mara Lezama y la alcaldesa Mary Hernández harían bien por la historia donarle este predio al Ayuntamiento de Felipe Carrillo Puerto para construir un palacio municipal grande, moderno y un parque con una super explanada y yaxchés (árboles de ceiba) para el uso, goce y disfrute de todo un pueblo.
Es cierto que en documentos obra que es propiedad federal. En 1994 el pueblo cansado de convivir con las morbosidades de los soldados del ejército en esa base militar, las madres de ese entonces (hace 30 años) abordaron a Carlos Salinas de Gortari en su visita presidencial a Felipe Carrillo Puerto y le suplicaron que saque la base militar.
Salinas pidió a los ejidatarios una donación de tierras. El ejido, cuyas esposas e hijas estaban afectadas por la partida militar enseguida les dio 20 hectáreas donde hoy se construyó una parte de la estación del Tren Maya.
A cambio regresarían las 4 tierras en este cambio de terrenos. De palabra fue y el maya ha sido hombre de palabra pero el gobierno y su burocracia no la tienen.
Entonces registraron ambas propiedades, el de 20 hectáreas y el de 4 hectáreas (La Expo Maya, hoy en disputa) a nombre de la nación. A espaldas del pueblo, del ejido, que por nobleza entregaron las tierras y confiaron.
La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) al construir el tren maya ahora quieren acomodar a sus soldados que vigilarán el tren militar y la tendrán en operación. Entonces se acordaron que en el corazón de la ciudad “tienen” una base de 4 hectáreas y pretenden construir 200 casas en edificios de 4 pisos, módulos, regresando así al centro luego de 30 años que fueron expulsados por organización del pueblo y orden presidencial salinista. Les sobra tierras de esas 20 hectáreas que les regaló el pueblo hace 20 años, para que le buscan.
Y ahora hay un enfrentamiento con los mayas. Hoy, la fuerza militar apoyado en las instituciones policiacas y de justicia (policía estatal y agentes de la Fiscalía General del Estado) recuperaron el terreno. En el frío orden legal tienen la razón. Pero en la cálida historia la bota militar no la tienen.
La sangre maya tiene palabra y los descendientes de los cruzoob están firmes en el no regreso militar al corazón de la tierra sagrada.
Ni modulo habitacional ni tierras para el ejido para que lo fraccione y los venda al mejor postor.
SEDENA y el ejido deben darse la mano, estrecharlo fuerte como mexicanos y donar el predio al pueblo, al Ayuntamiento, construir un palacio municipal con todos los servicios y seguridad para los documentos históricos y un parque explanada gigante, que Claudia Sheinbaum, Mara Lezama y Mary Hernández gestionarán los recursos. Así, traigo a los Tigres del Norte para festejar e inaugurar el parque en esas 4 hectáreas…