Agencias
CANCÚN.- Han pasado ya 19 días desde que Gilberto Guzmán de Dios escapó del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, y las autoridades estatales continúan sin recapturarlo, mientras las interrogantes sobre los responsables y las fallas en la seguridad del penal siguen sin respuesta.
Pese al tiempo transcurrido y aunque se ofrece una recompensa de 300 mil pesos, no hay avances claros sobre su paradero, ni tampoco una explicación precisa de cómo logró evadir la vigilancia.
A raíz de esta fuga, el director del Cereso, Jorge Armando López Rosas, y el subdirector operativo, Sergio Javier Alcalá, fueron removidos de sus cargos.
Sin embargo, la Fiscalía General de Estado (FGE) no ha informado si enfrentan cargos penales, ni si hay una investigación formal en su contra. También sigue sin esclarecerse cuántos custodios han sido llamados a declarar y a cuántos de ellos podrían fincarles responsabilidad penal por su posible complicidad o negligencia.
La falta de transparencia en el caso y la ausencia de información concreta por parte de las autoridades han generado una creciente desconfianza en la ciudadanía, que cuestiona si realmente se busca esclarecer lo ocurrido o si el caso quedará impune.
La evasión de Guzmán de Dios ha evidenciado fallas graves en el sistema de seguridad del Cereso, lo que representa un riesgo no solo para el penal, sino para toda la comunidad.
La prolongada ausencia de resultados en la recaptura y la falta de responsabilidad penal a quienes estaban al mando del Cereso levantan serias dudas sobre el manejo de las instituciones de justicia en Quintana Roo y ponen de manifiesto la necesidad urgente de una reestructuración que garantice la seguridad y la justicia en el sistema penitenciario.
Red Informativa del Sureste (RIS)