Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
TULUM. – Uno de los festivales musicales del verano hizo “su agosto”, al cobrar 500 pesos la prueba COVID-19 a los seis mil asistentes, aunque al final no las realizó sin ofrecer explicación alguna.
Durante tres horas, largas filas de jóvenes aguardaron pacientemente afuera de unas carpas, a que les fueran aplicadas los test médicos que les permitieran entrar al espectáculo.
No obstante, al pasar por el último filtro, sólo les dieron un brazalete a los asistentes, quienes pudieron acceder al show sin pasar por la prueba clínica.
“El festival estuvo chido. Sólo se nos hizo un abuso lo que tuvimos que pagar por la prueba que nadie nos hizo. Si nos hubieran dicho antes, ya la hubiéramos traído y las bara”, comentaron algunos asistentes.