Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
PLAYA DEL CARMEN.- Después de 45 días con el negocio semi-abierto por las restricciones a causa del COVID-19, la restaurantera Remedios Molina sobrevive gracias a la lealtad de sus clientes y al servicio a domicilio.
Ella es copropietaria de un negocio de comida japonesa desde hace ocho años. Lamentó el despido de 11 empleados, quienes regresaron a sus lugares de origen. “En cuanto pase esto, quiero recontratarlos”, prometió.
Con las ventas disminuidas en un 50 por ciento, los socios también se bajaron sus salarios, y con base en los pedidos y que las personas acudían al restaurante y llevaban la comida a sus casas, alcanzó para pagarles un poco más al personal, “ya que no recibían propinas”, explicó.
Molina subrayó que la fortaleza de su servicio a domicilio fue un pilar para esta sobrevivencia. “Previo a esta pandemia, los fines de semana nuestra venta alcanzaba el 30 por ciento gracias a este rubro”, indicó.
La empresaria puntualizó que nadie de los gobiernos federal, estatal y municipal le brindó asesoría o apoyos. “Sé de negocios que tuvieron que cerrar y lo lamento”, añadió.