Alejandro Peza/NOTICARIBE PENINSULAR
CHETUMAL.- La delegación en Quintana Roo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) reconoció que la “austeridad republicana” dejó sin insumos, vehículos y herramientas a cientos de combatientes, quienes por ahora se las ingenian para luchar contra el fuego.
El coordinador de la Conafor en Quintana Roo, José Javier May Chan, aceptó que hay algunos retrasos en la entrega de los materiales.
“En relación a ese tema la parte de la austeridad es una medida que implementa el gobierno federal y para contrarrestar es que la Conafor realiza las gestiones de manera anticipada y entendemos que hay procesos y es obvio es que el recurso no llega de manera inmediata”.
Los combatientes han señalado que no cuentan con combustible, vehículos, y las herramientas más indispensables como machetes y limas pese a que libran una batalla con el incendio forestal más grande de la temporada denominado Chun Ek II que se ubica al noreste del ejido Río Verde en el municipio de Bacalar cuyo fuego ya afectó dos mil 300 hectáreas de selva mediana y pastizales.
Según el Centro Estatal de Manejo del Fuego, el incendio denominado Chun Ek, entre los límites de Quintana Roo y Campeche, inició el pasado 19 de abril, aparentemente a consecuencia de una quema agrícola que se les salió de control a un grupo de campesinos y que rápidamente se extendió hacia una zona de selva.
Debido a sus dimensiones, desde el pasado 22 de abril, un grupo de elementos de la XXXIV Zona Militar, con sede en Quintana Roo, se sumaron a las labores de combate con la finalidad de poder lograr controlarlo y proceder a su sofocación para evitar que más zonas de selva se sigan viendo afectadas.
Sin embargo, pese a los esfuerzos de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena}), el fuego llegó ya, según los propios brigadistas, al territorio de Campeche, en el municipio de Hopelchén, que se encuentra hacia el Norte del municipio de Bacalar.
Estimaciones de las autoridades, establecen que las llamas ya consumieron al menos 2 mil 300 hectáreas de selva en Quintana Roo, aunque las de Campeche todavía no han sido contabilizadas, por lo que trabajan al menos 135 personas para lograr su control, entre trabajadores de diferentes instancias gubernamentales y voluntarios.