Edgar Prz
Ayer se cumplieron 122 años de la creación de Quintana Roo como Territorio Federal. Eran épocas muy difíciles para el país, luchas internas, desorden, descontrol, el poder era muy disputado y la incomunicación prevaleciente por las circunstancias, hacían muy difícil el acceso al centro del país. Varios factores influyeron para que aquella parte inhóspita, peligrosa, sin uso ni beneficio, despoblada en exceso, elementos que al final favorecieron para que Porfirio Díaz pueda convertirlo en la Siberia Mexicana.
El clima, la vegetación, la espesura de la selva, los animales salvajes, las enfermedades que ocasionaban los insectos y otros animales del monte, fueron excelsamente aprovechados por el gobierno para mandar a “morir” a los insurrectos, a los rebeldes, a los opositores al régimen que se estaba instaurando.
El Territorio Federal de Quintana Roo, se creo el 8 de Noviembre de 1902, durante el gobierno del General Porfirio Díaz. Sin embargo no se llamaba
Quintana Roo. Inicialmente el Territorio se llamó, Territorio Federal de Santa Cruz. El 24 de Noviembre de 1902 se le cambió el nombre a Territorio Federal de Quintana Roo, en honor a un insigne Maya Yucateco, Don Andrés Quintana Roo.
El 8 de Octubre de 1974, el Territorio Federal de Quintana Roo, se convirtió en el estado 30 de México, conservando el nombre actual..
Ha pasado más de un siglo de existencia y las paradojas de la vida, al inicio era un sitio además de apartado, alejado, sumamente peligroso para la
existencia, según los “huaches” y como entonces los Mayas ejercieron su dominio sobre estás tierras y crearon un fantástico emporio floreciente en
cultura, arte, arquitectura, historia ,matemáticas, astronomía y otras artes.. Tuvieron una sincronía con los recursos naturales, cuidaban de la flora y la fauna, además eran emprendedores ya que no solo vivían de la Selva sino también del Mar.
El majestuoso Caribe fue dominado y tuvo que compartir su belleza con la sabiduría de los Mayas, así está lo fascinante de las ruinas de Tulum, que han soportado decenas de tormentas, ciclones y ahora sufren la afrenta de su peor enemigo el “hombre”. Cuando era niño mi pueblo estaba a 90 kilómetros de Tulum, vivíamos más en la espesura de la selva, mis padres para llegar a vivir a Carrillo Puerto se trasladaron en unas avionetas de carga de la línea TAMSA, volaban de Peto a Carrillo, caso contrario en mula o caminando, pasaban días enteros, no había otro acceso. Así que desde pequeño te vas familiarizando con la selva, con los árboles, con los animales y te vas preparando para saber cuáles son amigables y cuáles no.
En la etapa de la adolescencia nos juntábamos varios muchachos para ir a dar la vuelta a Tulum, era una odisea, unas aventuras increíbles, primero por la manera de viajar, era muy escaso el transporte, muy pocos turistas venían a pasear, más bien eran “mochileros” y se permitía el
nudismo al no haber vigilancia.
Caminábamos en la orilla de la playa y encontrábamos fragmentos de tablas, chapopote, caracoles y era un agazajo visual en donde podías sentarte por horas y horas a contemplar lo hermoso del mar, las tonalidades del agua, la calma, la quietud, la tranquilidad y se hacía válido “ el origen del mar”, que dice Comienza donde lo vez por vez primera y te sale al encuentro por todas partes…
Ese Quintana Roo muy pocos lo conocieron, somos privilegiados por esas etapas tan maravillosas que pasamos. El Quintana Roo crecía sin divisiones, sin afrentas era una socialización de la vida, en donde todos se ayudaban, todos se conocían. El trabajo distinguía a los pueblos, los enaltecía y la vida política no influía tanto como ahora, no era el eje de dónde partían todos los destinos..
Al implementarse el Paternalismo gubernamental todo empezó a cambiar, de salir temprano a trabajar, les enseñaron que podían extender la
mano y recibir limosna, migajas, menudencias, al ver las 2 partes la efectividad, el método siguió creciendo y ha alcanzado niveles sorprendentes en donde ya no solo eres manipulable sino que eres cliente cautivo, eres soldado electoral. Cambiaron los machetes, las palas, los rastrillos, las hachas por la asistencia a mítines, asambleas, por gritos, por estridencia. Se ha contagiado la gente de tal manera que ahora defienden a quienes los mantienen pobres, no les permiten abrir los ojos para decidir, la dependencia hacia ellos a trastornado el desarrollo adecuado del País. La
política ha estado mal aplicada no sirvió para ayudar sino para contagiar, para enfermar.
Hoy los descendientes de aquellos valientes hombres que forjaron, cuidaron y protegieron este espacio, no son tomados en cuenta, han sido desplazados ante la complacencia y complicidad de unos cuantos, quienes son los modernos Mejía y Miramón, ellos van por componendas y no les interesa hipotecar el futuro. Quintana Roo merece una nueva manera de gobernar, sin dádivas ni obsequios, hay que volver a darle la confianza a la gente para que trabaje y produzca, que la gente se enseñe a pensar y no permitir que otros piensen por ellos. Cuando esto suceda como la Profecía del Chilam Balam, está “ tierra volverá a renacer”..
Mejor seguiré caminando y cantando “ gracias a la vida que me ha dado tanto, me dio dos luceros que cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco y en el alto cielo su fondo estrellado y en las multitudes al hombre que yo amo. Gracias a la Vida”…