Muchos dudan que la 4T sea de izquierda, otros señalan que representa el viejo nacionalismo-populismo y más de uno de refiere que es centralista-conservador.
Por lo que ocurre en Quintana Roo, la 4T se apega más a la tercera definición.
Y es que, la delegaciones federales están socavadas y casi borradas en la entidad caribeña y hay casos que hasta resultan paradójicos y asombrosos.
Una de las casos más sustanciales del desmantelamiento del federalismo en Quintana Roo es lo que ocurre en Fonatur, que está casi borrado en Quintana Roo, pese a la importancia histórica para la entidad.
Fonatur se ha centralizado y su función prácticamente empieza y acaba en el Tren Maya, una de los proyectos emblemáticos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con la 4T, llegaron a delegación de Fonatur, personajes, Raúl Bermúdez Arreola y Miren Eukene Vicente Ertze (por cierto, ambos tabasqueños), que cobraron notoriedad no por su labor en favor del destino, sino por sus excesos y abusos de poder.
Tras la salida de Eukene Vicente, aún no ha llegado un nuevo delegado de Fonatur, o al menos “encargado”
Total, para la 4T todo se puede desde una oficina en la Ciudad de México.