Con una diferencia de apenas unos días, el Gobernador Carlos Joaquín refrendó su militancia panista. Primero al asumir la presidencia de la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN) y segundo, al participar en la sesión del Consejo Nacional albiazul, en la que se acordó la alianza de este partido con PRD y PRI, en poco más de la mitad de los distritos legislativos federales del País.
Si en un lugar “se necesita” esta mega alianza, es en Quintana Roo, en donde Morena domina a placer, y el PAN es un partido de “media tabla”, mientras que el PRI está en su ocaso, y el PRD en vías de extinción.
No hay de otra , dirían los clásicos, en un estado donde Morena supera el 50 por ciento de las preferencias electorales, y se ve imbatible en algunas regiones como en Cancún y Playa del Carmen.
Carlos Joaquín ya no sólo sería el jefe político del PAN sino de toda esta alianza anti-4T.
Quiera o no quiera el panista Carlos Joaquín se convierte en el principal adversario del presidente Andrés Manuel López Obrador, el jefe de jefes de la 4T.
Aunque aún no se cortan los flecos de la mega-alianza ya se especula que dos de los cuatro distritos serían para el PAN y los otros dos restantes para PRD y PRI.
Es más que obvio que está coalición tendrá que retratarse en la elección de los 11 ayuntamientos.
Y quién cortará el pastel será Carlos Joaquín.