Por: Fabián G. Herrera Manzanilla
A diferencia de otras fronteras del país y del mundo, aquí en el sur donde vivimos y fue fundada una hermosa ciudad a la orilla de la rada, no existe muro alguno que nos separe de los hermanos de la nación beliceña.
Es la Bahía de Chetumal y el Río Hondo, el límite natural entre México y Belice, cuya frontera surgió hace ya 130 años, tras la firma del Tratado de Límites “Mariscal-Spencer”, un 8 de Julio pero de 1893.
Inobjetablemente este acontecimiento es considerado como la primera acción del Gobierno Federal encabezado en aquel entonces por el general Porfirio Díaz Mori, para pacificar la parte oriental de la península yucateca, sustraída tanto del control de la Federación y el Gobierno de Yucatán debido a la Guerra de Castas que había iniciado en Julio de 1847.
Pero no debemos olvidar, las consecuencias derivadas de esta fecha que es una de las efemérides muy importantes, sobresaliendo desde luego, la fundación de la histórica Payo Obispo cinco años después y la creación del Territorio Federal de Quintana Roo en 1902.
Fue un acontecimiento que cambió drásticamente el curso de la historia de la región yucateca en todo el sentido de la palabra; la parte sur de la península colindante con el Río Hondo, al fin pudo poblarse, luego de varios intentos infructuosos tanto de los conquistadores españoles como de los yucatecos.
Así fue como esa hermosa bahía que ostenta el mismo nombre de la capital quintanarroense, de nueva cuenta sería el escenario natural histórico; atestiguando el regreso a su Matria de muchos descendientes exiliados, al igual, que el de otros ciudadanos de diversas latitudes del país y el orbe, quienes fincaron su porvenir en esta prodigiosa tierra en que vivimos llamada Quintana Roo.
La polémica que surgió al firmase ese tratado lo fue muy grande, de hecho, existe un libro intitulado “Defensa del Tratado de Límites entre Yucatán y Belice” publicado un año después; leerlo nos brinda la oportunidad de entender el contexto histórico de aquella época, más toda esa controversia formó parte de la historia, una vez ratificado dicho tratado el 25 de Abril de 1897.
Porque para muchos fue ceder parte del territorio mexicano a la Gran Bretaña y renunciar a todo derecho sobre Belice, un tratado celebrado prácticamente a ciegas y bajo las condiciones de los ingleses, de ahí el origen del dragado del Canal de Zaragoza, que de la palabras no ha pasado más allá de concretarlo.
Cabe resaltar que dos años después de haber sido fijada la frontera entre México y la Honduras Británica hoy Belice, es decir, en 1895, un joven marino que se encontraba a bordo de la Corbeta “Zaragoza”, recibiría la misión de hacer valer el tratado y a la vez, reafirmar la soberanía nacional, en esta que era en aquel entonces la más recóndita de las fronteras del país: Tomás Othón Pompeyo Blanco Núñez de Cáceres.
Es sin duda, una de las efemérides relevantes la del día de hoy, de talla internacional y de gran peso histórico, puesto que la hermandad aún vigente ha trascendido en el tiempo y el espacio entre ambas naciones. No obstante, la frontera formal existente entre México y Belice que hace 130 años se fijó, el bagaje cultural de nuestros padres y abuelos que retornaron a suelo mexicano, no fue objeto de restricción aduanal alguna.
Panorámica desde el lado mexicano del cruce hacia el lado inglés, que corresponde a la década de los cincuenta.
Se aprecia el pontón o la “panga” como le decían.
Santa Elena cambió de nombre por el de Subteniente López en 1937, por gestiones del general Rafael E. Melgar.
El ingeniero Aarón Merino Fernández, Gobernador del Territorio de 1959 a 1964, luce un traje durante el evento de la colocación de la primera piedra del antiguo puente internacional, el 17 de Mayo de 1964. A su derecha, George Price, Primer Ministro de la Honduras Británica (hoy Belice) porta una impecable guayabera blanca.
Hermosa postal del Puente Internacional México-Belice, sobre el Río Hondo, en la localidad de Subteniente López o Santa Elena como aún algunos lo llaman.
Estampilla postal conmemorativa a la celebración de los 35 años de Relaciones Diplomáticas, emitida el año pasado por el Servicio Postal de Belice y la Embajada de México, DF exhibida en la Casa de la Crónica.
Garita Aduanal y “El Puente Viejo” como le llaman al antiguo acceso al país de Belice, luego de la construcción e inauguración del “Puente Internacional Chactemal” en Mayo de 2013.